Reseña: Pájaros en la boca y otros cuentos de Samanta Schweblin

 

TÍTULO: PÁJAROS EN LA BOCA Y OTROS CUENTOS
GÉNERO: ANTOLOGÍA DE RELATOS, TERROR, REALISMO MÁGICO
¿TRILOGÍA/SAGA? NO
AÑO: 2017
EDITORIAL: PENGUIN RANDOM HOUSE

SINOPSIS: La presente compilación incluye veinte relatos ya publicados en ediciones anteriores de sus libros de cuentos y en ediciones internacionales, así como un relato inédito publicado por la revista Granta. La selección, llevada a cabo por la propia autora, configura una antología de su mejor prosa breve hasta la fecha, así como una pieza indispensable de la literatura contemporánea argentina.

En esta antología cargada de un popurrí de drama, terror, sucesos paranormales, realismo mágico y un toque de humor absurdo con la tierra argentina como telón de fondo, Samanta nos lleva de viaje hacia lo cotidiano, lo aterrador y escenarios desconcertantes que me dejaron pensando y reflexionando. En solo 21 cuentos, mantiene una coherencia dentro de los mismos, a su vez que propone y toca distintos temas de manera natural y crítica. Como en toda antología, hay cuentos más fuertes y más débiles (los que menos me gustaron fueron “El Cavador”, "Irman" y “Última Vuelta”) Estos son mis cuentos favoritos de Samanta:

Conservas: este fue mi primer favorito de la antología. La autora nos narra el pesimismo diario y la frustración de una joven estudiante, que con un embarazo no deseado, intentará deshacerse de su llegada, e intentando aplicarse distintos métodos que el doctor le receta para mantenerse estable durante el embarazo, su final acaba siendo de lo más perturbador. Un terror escrito con una impecable y desagradable sutileza que hace eco de la maternidad no deseada y cómo ésta —y las excusas de médicos irresponsables— pueden desencadenar consecuencias inimaginables.

Matar a un perro: Segundo favorito. “El Topo” manda a un hombre a matar a un perro para demostrarle cuánta valía puede tener en el acto. Con unas vibras similares a la pluma de E. A. Poe, nos muestra cómo los actos de locura y la pérdida de la humanidad forman incluso parte del mismo instinto del ser humano.

Hacia la alegre civilización: Tercer favorito. Una sútil crítica a la burocracia que nos demuestra cómo los roles pueden invertirse, o más bien, torcerse. A un hombre desafortunado se le niega el pasaje a un tren por falta de cambio, lo que da lugar a que, durante una de sus paradas casuales que le deniega su llegada, se encuentre en un campo, varado con personajes bastantes peculiares, que intentarán atenderlo, ayudarlo, pero también, obstaculizar su objetivo de llegar hacia la alegre civilización de la Capital.

Agujeros negros: Protagonizado por el doctor Ottone y su malhumorado compañero Messina que deben atender a una mujer que imagina agujeros negros y se pasea en pijama por las calles y el hospital, este relato me sacó una buena carcajada. Es un relato muy diferente del resto de los que escribió Samanta, puesto que, al mismo tiempo que es desconcertante, tiene cierto aire de realismo mágico absurdo, recordándome un poco al cuento “Una flor amarilla” de Cortázar.

El Hombre Sirena: Una muchacha, en un muelle a pleno día, se encuentra con un hombre sirena. Le parece curioso, porque nunca vio en su vida a una sirena que no fuera hombre, por lo que entablan una conversación donde se entera de la no muy feliz vida de la joven. Es un cuento que entremezcla el realismo mágico con el absurdo, ya que no existen los hombres sirenas, ni tampoco se sabe con cierta certeza que lo de la joven presenció fue uno de ellos.

La furia de las pestes: Un cuento sobre la desesperanza, la miseria y el engaño. Un pueblo donde todo parece perfecto, mientras que bajo la mirada de nuestro protagonista, Gismondi, es todo lo contrario. Me recordó a «Los que se van de Omelas», un cuento que me gustó bastante de Úrsula K. Le Guin.

Los cuentos que me gustaron fueron:

Pájaros en la boca: Un cuento donde la cotidianidad, al igual que en «Conservas» se transforma en terror, bajo la perspectiva de un padre poco fiable. Sara, una chica proviniente de una familia problemática y divorciada, comienza a comerse pájaros vivos, mientras que el padre, mirándola con el más profundo de los ascos, no parece importarle siquiera preguntarle qué es lo que la lleva a meterse pájaros en la boca y la cosifica por medio del estereotipo de colegiala perversa.

Mujeres desesperadas: Un grupo de mujeres cuyos matrimonios fracasaron quedan varadas en la ruta. Algunas de ellas se quejan y lloran por sus desdichas mientras que otras deciden apoyarlas. Un cuento que oscila entre lo onírico y lo crítico.

Los que menos me gustaron: Irman, me pareció un tanto débil como para darle comienzo a la antología, Última vuelta, un cuento sobre la imaginación y las calesitas infantiles cuyo suceso paranormal se quedó muy corto y El Cavador, un hombre de intenciones difusas y nada claras que manda a otro a cavar en un lugar veraniego, y que, al mismo tiempo, queda perplejo ante las intenciones nulas por las que quiere que sea "el cavador". No entendí siquiera el propósito de este cuento, me pareció el más débil de los tres que menos me gustaron.

Puntos a favor:

-La mayoría de los cuentos causan curiosidad y se leen rápidos.

-La mayoría de los cuentos tienen un final definitivo, o un final medio abierto que te deja pensando pero que no afecta en nada a la conclusión libre de cada lector.

Puntos en contra:

-Algunos cuentos no tienen explicación lógica en cuanto a las intenciones de los personajes, ejemplo, el cuento de El Cavador, lo cual me molestó un poco.

Esta antología, como dije, es un viaje de ida. Si quieren conocer a una autora que no se encasilla en ningún género, y que además, utiliza tanto el voseo como la ambientación de Argentina, no esperen más y denle una oportunidad a Schweblin.